La vida está llena de decisiones que debemos tomar, pero no podemos dejar que nadie las tome por nosotros ya que tu y únicamente tu, eres el dueño de tu vida, de tu destino y de tus sueños. Así que lucha por lo que quieres, vive hasta el último segundo de tu vida, disfruta de cada momento cómo si fuese el último, sonríe y haz realidad tus sueños porque no sabes lo que el destino tendrá preparado para ti y al fin y al cabo la vida es algo efímero.

domingo, 17 de abril de 2011

Un viernes cualquiera...

Un día cualquiera te das cuenta de cuanta hipocresía, falsedad y maldad se pueden albergar entre cuatro paredes. De repente sólo te basta ver una mano levantada, escuchar unas palabras y verte rodeada de aplausos; aplausos que tú no das porque no estas de acuerdo. Sentir como se te contrae el corazón al ver en el fondo una cara de desilusión, una cara que llevas viendo 10 años, una cara que describe a al perfección lo que son sueños rotos e incumplidos. Y notar como tus ojos se llenan de lagrimas, lagrimas que se amontonan por salir a la intemperie. Correr, correr al baño más cercano y encerrarte para que nadie te pueda ver así. Sentir una asfixia que no te deja respirar y tener que salir de ahí para poder respirar. Ver como la puerta se aleja cada vez más y tener que salir de ahí, porque sientes que estas rodeada de falsedad, ambición, envidia e hipocresía. Un golpe de aire en la cara y correr hasta el callejón más cercano, pero a mitad de camino ves a alguien, a una persona que te comprende, que sabe lo que está pasando. Un abrazo lleno de comprensión, de desilusión, de dolor y de consuelo.  Y por desgracia tener que volver a entrar a ese ambiente, cuándo lo que deseas es gritar que es injusto, que ojala nada salga como ellos desean, que no pueden ser tan crueles de romper los sueños e ilusiones de dos corazones; pero no solo de dos sino de otras muchos que les apoyan. Entre otros el mio.

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